jueves, 4 de julio de 2013

El demonio y el loco

Estando el loco sentado en la orilla de un río, se le apareció el demonio.

- Hola - dijo el demonio
- Hola - dijo el loco
- ¿Qué haces? He estado observándote largo tiempo y me ha entrado la curiosidad - preguntó el demonio.

El  loco le miró y le ofreció asiento a su lado. El demonio se sintió un poco consternado ante su silencio, pero estaba demasiado intrigado y se sentó.

Hacia ya unas semanas que el loco había llegado allí. Había estado vagando por otros mundos y este le pareció una buen lugar donde estar. Pasaba observando su alrededor la mayor parte del tiempo. Se sentaba en cualquier rincón y disfrutaba de lo que ocurría.

Un día el demonio, que siempre estaba ocupado tramando planes, se cruzó con él. La primera vez, solo le pareció un humano más, otro alguien a quien poder embaucar llegado el momento. Pero algo debió llamar su atención, por que todos los días pasaba a ver que estaba haciendo el loco. Un día cuando su curiosidad le venció, y muy pocas cosas podían con él, se acercó para hablarle.

- Hola - dijo el demonio
- Hola - dijo el loco
- ¿Qué haces? He estado observándote largo tiempo y me ha entrado la curiosidad - preguntó el demonio.

El  loco le miró y le ofreció asiento a su lado. El demonio se sintió un poco consternado ante su silencio, pero estaba demasiado intrigado y se sentó.

El demonio se impacientaba, él no tenia noción del tiempo pues era eterno, pero tenía cosas que hacer. Tenía planes que cumplir y quedarse allí contemplando la nada, no le estaba permitiendo hacerlo. Esperó lo que a el le pareció un decenio y volvió a preguntar mientras se levantaba.

- Dime loco, ¿por qué estás aquí? ¿Por qué solo te sientas en silencio en este rellano del río? Yo tengo que irme, tengo cosas que hacer, pero quiero saber porque lo haces. Me intriga demasiado.

El loco sin mirarlo dijo:

- Solo estoy disfrutando la vida -  y miró al demonio - has estado sentado conmigo mucho tiempo, pero no has visto nada de lo que he visto yo. Solo has estado pensando en que es lo que tenias que hacer después y te has olvidado de disfrutar lo que estabas haciendo ahora.

El demonio no supo que decir, realmente no había prestado la mas mínima atención a lo que había pasado a su alrededor. Había estado allí cierto, pero supongo que no había sentido lo que sentía el loco con todo aquello.

El loco le ofreció sentarse de nuevo. El demonio dudó, no podía perder más tiempo. El loco le miró a los ojos y sonrió.


- No puedes quedarte, lo sé. Aún no estás preparado, aún no puedes ver lo que yo puedo ver. Vete. Estaré aquí cuando vuelvas, si es que algún día decides volver.

El demonio se fué con cierta sensación de inquietud, pero era cierto, no podía quedarse.

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