viernes, 28 de junio de 2013

La princesa sin reino...

Entró en la sala del trono y rompió a llorar. Todo había sido destruido. Su reino, su castillo, su nombre... se lo habían arrebatado todo. Ahora solo era una princesa sin reino. Se acercó a la ventana para mirar la luna, tenía el mismo aspecto que aquella noche...

En el momento en el que el usurpador entró en el castillo, ella gritó su nombre. Lo gritó hasta quedarse sin fuerzas, pero el guardián no acudió a su llamada esta vez. Sabía lo que tenía que hacer, cual era el protocolo. Abrió la puerta secreta y comenzó a escabullirse por el pasadizo. Mientras huía, pensaba que él podría haber sido capturado o que podría haber muerto y que ella lo estaba abandonando. Sabía que era la única forma de salvarse, así que siguió adelante. Se pasó días o incluso semanas pensando en él,  en las desgracias estaría sufriendo, sin saber sí estaría vivo o muerto. ¿Y si estaba vivo? ¿pensaría en ella o habría intentado buscarla?

Un día mientras caminaba de incógnito por el reino le vió entre la muchedumbre. Se le iluminó la cara-¡Estaba vivo!- pensó. Intento abrirse paso entre la gente, era difícil, había demasiada. Por fin llegó lo suficientemente cerca para gritar su nombre, pero cuando se disponía a hacerlo no pudo. No pudo, porque lo que vio la dejó sin voz. Él estaba sirviendo a otra noble, ni siquiera era la hija del usurpador.  Se mareó y tuvo que sentarse. Entonces supo porque no acudió a su llamada. Ya tenía otra persona a la que proteger. Se sintió traicionada y por supuesto la persona mas estúpida del reino. La había estado engañando en su propia cara y ella nunca lo había visto venir.

Después de aquello, decidió desterrarse definitivamente y no volver jamás a aquellas tierras. Habían pasado muchos años desde aquel día y por fin se había sentido con fuerzas de volver y recuperar el trono. Pero cuando llegó al reino, ya no había nada que recuperar. Todo había sido destruido... Su reino, su castillo, su nombre....





No hay comentarios:

Publicar un comentario