Algunos de los chicos comenzaron a saludarlo desde sus mesas, el sonrió y les devolvió el saludo. Empezó a chapurrear algunas cosas en gallego y a alegrarse de estar allí de nuevo. Siempre se sentía bien en aquel lugar, era como estar en casa.
Se paró justo antes de entrar para darle la mano a uno de los muchachos y fué entonces cuando escuchó su risa saliendo por la puerta. Instintivamente levantó la cabeza para mirar. Ella salía hablando con alguna de sus amigas y riéndose de alguna estupidez. Mientras giraba la cabeza después de su último comentario sus miradas coincidieron. Sólo fue un instante. El levantó la cabeza a modo de saludo, ella esbozó un sonrisa y bajó la mirada.
Habian vuelto a ser "la chica snob del pueblo" y "el pijo de ciudad". Habían vuelto a ser unos desconocidos.