jueves, 22 de noviembre de 2012

Entre la indiferencia y el dolor, escojo el dolor...

Vió como se despedían, tiró su cigarro y se cerró la parka, empezaba a hacer frío. El tren partió y decidió que era el momento de acercarse. Ella no lloraba, estaba manteniendo la compostura, siempre lo hacía, le habían enseñado bien. La tocó en el hombro, ella se giró y se derrumbó.

"Nunca ha podido guardar las apariencias conmigo" pensó.

Estuvieron allí de pié mientras ella lloraba, muda, ni un gemido, sólo lágrimas (para ella era ya demasiado). Estuvieron solo el tiempo necesario o por lo menos el que ella supuso que era necesario. Entonces se separó, se secó las lágrimas y comenzó a caminar.

Después de un tiempo de protocolo ella empezó a hablar con la mirada fija en el infinito.

" La verdad, es que da igual. Da igual los planes que hagas, lo que pienses ahora, lo que pienses dentro de 10 minutos...las cosas pasaran de alguna manera. Solo hay que hacer lo que te apetezca en cada momento y dejarse llevar si crees que es lo correcto.

No importa las vueltas que le des, que te enfades, que te preguntes los "porques", que intentes entender que esta pasando...porque al final las personas somos volubles, igual que tu cambias de opinión con cada circunstancia, ellos también lo hacen y nunca puedes predecir cual va a ser su próximo movimiento, al fin y al cabo esto no es una partida de ajedrez."

El sin mirarla dijo:

"Supongo que lo difícil es coincidir en el mismo instante"

Ella lo miró y comenzó a llorar de nuevo

El sorprendido la miró y dijo...

"Ana, no quería hacerte llorar, solo intento que no seas como yo...que no lo pases mal por las cosas horribles que pueden pasar y al final no disfrutes de lo que te está pasando porque te amargas pensando en que puede salir mal. " el miró al frente y hizo una pausa.

"Porque sabes lo peor y lo más triste? "Ella lo miró de reojo, había dejado de llorar...

"Que nadie te asegura que estés aquí tanto como para perderlo o para conseguirlo...Solo sabes que hoy estás aquí, así que disfrútalo de la mejor manera que puedas. Si tiene que salir mal, saldrá mal...pero y si sale bien? merecería entonces la pena pasarlo mal antes de tiempo? o lo que es peor, dejar de vivirlo por si sale mal? Entre la indiferencia y el dolor, escojo el dolor, así por lo menos sé que sigo vivo, así por lo menos se que puedo volver a intentarlo..."

Siguieron caminando en silencio y nunca mas volvieron a tener esa conversación, ya no había nada que decir.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Y cuando las duchas dejan de ser solo duchas.
Y cuando el agua no te limpia los recuerdos si no que los trae.
Y cuando el sonido del agua no te deja olvidar.
Y cuando las duchas dejan de ser solo duchas...