Se iniciaba el principio del fin.
Ninguno de los dos quería verlo.
Ninguno de los dos quería que pasase.
Pero ninguno de los dos haría nada por detenerlo.
Y es que aún no sabían cual era el siguiente paso.
Habían llegado a una página en blanco.
Habían alcanzado al futuro.
Ahora, tendrían que improvisar.