lunes, 24 de junio de 2013

Una guerra más

Levantó la cabeza mientras se sacudía el pelo para deshacerse de las últimas gotas de agua. Abrió los ojos y vió su imagen desnuda en el espejo. Empezó por las piernas, le siguió el torso, los brazos y por último la cara. Reflexionó una vez más sobre la idea de parar, tenía un cuerpo demasiado pequeño y quizás ya eran demasiadas. Sólo ella sabía de su existencia, era parte del trato. Cargaría con ellas, pero nadie podría verlas. Pero como siempre pasa con la magia el trato no era perfecto. Sólo durante el pequeño espacio de tiempo en el que el vaho de la ducha termina de evaporarse eran visibles al mundo. Por eso nunca se duchaba con nadie, no queria que viesen el precio que hay que pagar por resugir.

Era muy pequeña cuando empezó, pero sabe exactamente que cicatriz corresponde a cada momento. Y por supuesto, sabe con cúal se inició todo. El "hechizo", como a ella le gustaba llamarlo, era muy simple: ella podría recuperarse de cualquier situación, podría reconstruirse como una ciudad después de una guerra, podría incluso evitar la muerte, pero cada uno de estos episodios dejaría una marca en su cuerpo. Al principio, eran como pequeños cortes, pero cada vez se hacian mas grandes y dolían más. No sabía cuantas mas podría soportar.

El vaho empezó a desaparecer. Se tocó la zona del pecho donde había aparecido la última y sintió como se desvanecía. Una guerra más, una cicatriz más. Supongo que ya había empezado la reconstrucción.

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