martes, 18 de junio de 2013

A la calle Calle Santa Teresa, 14...

Cerró la puerta de aquel taxi con la certeza de que estaba cometiendo un error. Mientras volaban entre calles que no conocía, pensó en la verdadera razón de lo que estaba haciendo. Pegó su cara al cristal para refrescarse, hacía demasiado calor aquella noche. Sonrió pensando que quizás alguien habían abierto las puertas del infierno solo para ella. Supo que se estaba acercando a su destino y supo también que solo quería confirmar lo que ya sabía. El coche se detuvo y se dió cuenta de que ya no había vuelta atrás. Se había subido a aquel taxi de la mano de la esperanza y se bajaría para afrontar la realidad.

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