miércoles, 15 de mayo de 2013

The killer inside me

Lo siento, siento cuando va a producirse. Esa ira que me comprime el pecho. Esa sensación de quemazón que me sube por la garganta y que no cesa hasta que estalla en un grito.

Hay días, a veces incluso semanas, en las que consigo controlar mi ira. Semanas en las que podemos mantener un conversación normal durante algunos minutos. Sé que solo es una forma cruel de castigo.  Supongo que a alguien tengo que culpar de que este no haya sido el año que esperaba tener, y siempre es más fácil no culparse a uno mismo.

Sé que no está bien, sé que es irreal, sé que no  tengo razones para que el sonido de su voz me produzca tanta rabia. Pero no puedo evitarlo y sucede una y otra vez. Son minutos de gritos, de malas caras y de palabras necias. Y aunque yo me arrepienta, el mal está hecho. Otra escama de su coraza se ha desprendido después de mi último ataque incontrolable. Otra escama, que se ha adherido a la mía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario