martes, 5 de marzo de 2013

Y los putos reyes magos donde están...

Le dolía, le dolía el corazón. Sentía que dejaba de respirar cada vez que lo intentaba. Supongo que no se puede intentar respirar y controlar las lágrimas, el cuerpo no lo permite para que tengas que llorar de forma desconsolada si es así como te sientes.

Por primera vez en su vida, todo se estaba viniendo abajo. No sentía equilibrio en ninguna de sus formas y la caída estaba siendo dura y larga, no sabía que pasaría cuando llegase abajo. Dicen que la caída es mas dura cuanto mas arriba, supongo que ella estaba demasiado alta. Siempre encontraba salida a todos los problemas, siempre resurgía, se montaba otra historia y hacia delante Bonaparte, pero esta vez no era capaz de agarrarse a nada para no seguir cayendo...esta vez la habia cagado bien y de todas las formas. Esta vez por primera vez en su vida, no estaba viendo la salida, esta vez por primera vez no se sentía Steve Mcqueen.

Supongo que hacía tiempo que lo veía venir, pero pensó que podría arreglarlo al final como hacía siempre. Pero esta vez se sentía cansada, muy cansada. Se sentía atrapada en una rueda para roedores que gira y gira sin parar. Así que se preparó para el golpe final y se dejó caer...si tenía que morir, era el momento.

"En pie como soldadito de plomo,
                                         se preparó para caer en combate,
para la mutilación. 
Para el linchamiento, deporte nacional,
independientemente, del país dónde esté.
O la cárcel.

También se preparó para el olvido,
para lo siguiente que vendrá,
para el Dios proveerá.
Y mañana será otro día,
depende del cristal con el que miras.
Todo es horrible o terriblemente bello."


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