Me desperté sintiendo como tu mano recorría el borde de mis braguitas. Empezaste a besarme el cuello, despacio, desde los hombros. Mi respiración se entrecortaba y mi corazón empezaba a acelerarse. Me tenías, ya todo daba igual, me tenías.
Me giré para besarte, pero no estabas allí, nunca estás...
No hay comentarios:
Publicar un comentario