viernes, 15 de marzo de 2013

Nadie te va a tocar nunca como yo...

Me desperté sintiendo como tu mano recorría el borde de mis braguitas. Empezaste a besarme el cuello, despacio, desde los hombros. Mi respiración se entrecortaba y mi corazón empezaba a acelerarse. Me tenías, ya todo daba igual, me tenías.

Me giré para besarte, pero no estabas allí, nunca estás...

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