viernes, 22 de febrero de 2013

El principito y la flor...


Y, cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo bajo su globo, descubrió que tenía ganas de llorar. 

- Adiós- le dijo a la flor. 

Pero ella no le respondió. 

- Adiós- repitió. 

La flor tosió. Pero no era por el resfriado. 

- He sido tonta- le dijo al fin. - Te pido perdón. Procura ser feliz.

Él se sorprendió por la ausencia de reproches. Se quedó ahí, desconcertado, con el globo en la mano. No comprendía esa calma mansedumbre. 

- Sí, sí, te quiero- le dijo la flor. - No has sabido nada, por mi culpa. No tiene importancia. Pero tú has sido tan tonto como yo. Procura ser feliz... Deja ese globo tranquilo. Ya no lo quiero. 

- Pero el viento... 

- No estoy tan resfriada...El aire fresco de la noche me hará bien. Soy una flor. 

- Pero los animales... 

- Debo soportar dos o tres orugas si quiero conocer a las mariposas. Parece que es hermoso. Si no, quién habrá de visitarme? Tú estarás lejos. En cuanto a los animales grandes, no les temo. Tengo mis garras. 

Y mostró ingenuamente sus cuatro espinas. Luego agregó: 

- No des más vueltas, es molesto. Has decidido partir. Vete. 

Pues no quería que la viera llorar. Era una flor tan orgullosa... 



                                                                                                                                                                      


1 comentario:

  1. Soportar dos o tres orugas...
    Bendito principito!
    Lástima que lo escribiera un francés...

    ResponderEliminar