lunes, 17 de septiembre de 2012

Palabras vanas e historias estúpidas

Miraba las estrellas sentada en aquel banco y aunque disfrutaba de las vistas, sabía que no era suficiente. Había hecho esto tantas veces en aquel sitio, lo había hecho tantas veces sin el...pero ahora ya no podía, ya no tenía sentido.

Bajo la cabeza, recogió su bolso y decidió volver mientras escuchaba lo que la amiga de turno tenía que contar. Se dió cuenta de que ella no apreciaba lo que le estaba estaba enseñando. Algo perfecto, silencioso, algo que no debe romperser con palabras vanas e historias estúpidas.

Caminaba en la oscuridad intentando enseñarle todo lo que ella amaba mas que nada en este mundo y la respuesta era tan poco emocionante, que decidio dejar de hacerlo y concentrarse en la conversación.

Era consciente de que nadíe apreciaría tanto aquellas cosas como él lo habia hecho, es más, era consciente de que de que ella misma no volvería a apreciarlas del mismo modo. Pero eso no hizo que se sintiera triste, al contrario, pensó que por lo menos había alguien que la entendía, y eso la hizo sonreir.

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