jueves, 20 de septiembre de 2012

De juguetes rotos

Las manos le temblaban, ya no era capaz de mantenerlas con firmeza, era cosa de la edad. Se recostó en la silla y se sacó las gafas. Era demasiado mayor para seguir haciéndolo, pero era lo que había hecho toda su vida, no sabia hacer otra cosa. Había pasado toda su vida arreglando juguetes rotos para que otra gente los disfrutara. Se sentía vieja, sola y cansada, pero había nacido para eso y ahora no podía simplemente dejar de hacerlo.

Hubo una vez, hace años, que creyó que podría hacer otra cosa, que podría tener otra vida, pero luego se dio cuenta que aquello la hacía feliz y desdichada a partes iguales. Asumió que su destino era arreglar juguetes rotos para otros y fue feliz de la única manera que pudo. Pero se hacía mayor y ya no podía arreglarlos como antes y eso empezaba a inquietarla, que haría si un día no podía arreglarlos más, que haría entonces?...Luego recordaba uno a uno a todos lo que había arreglado y sonreía, no lo había hecho mal, tendría un merecido descanso y sería feliz. Y entonces se acordaba de ella, la miraba desde la estantería desde hacía años...había intentado arreglarla desde el primer día pero nunca había encontrado cual era su fallo...recordaba perfectamente el día en que llegó a su vida...

Escuchó la campanita de la puerta, se levantó y salió de la trastienda. Fuera un hombre la esperaba, llevaba algo envuelto en un pañuelo. 

- Buenos días
- Buenos días, que desea?

El hombre desenvolvió lo que llevaba en el pañuelo en silencio y con cuidado.

- La he encontrado y quería saber si podía arreglarla...

Ella la miró, nunca había visto una tan perfecta, tan preciosa, tan triste...a simple visto no parecía que le pasase nada pero la cogió entre sus manos con delicadeza para examinarla.

- No veo cual es el desperfecto, señor.
- No lo ve? Está triste, algo tan bello no puede estar tan triste...puede arreglarla? Me gustaría verla feliz...
- Pero no creo que pueda hacer nada, eso no puede arreglarse, simplemente es así, es triste...
- Yo creo que puede hacerlo, por lo menos puede intentarlo...estaré fuera de la ciudad un tiempo, pero volveré a buscarla cuando esté arreglada...

Bajo la cabeza para mirar de nuevo la pequeña muñeca que tenia en las manos, entonces oyó la campanita de la puerta y ya no había nadie en la tienda.

Habían pasado mas de 10 años desde ese día y aquel hombre no había vuelto y ella no había podido arreglar a la muñeca triste. Los primeros años había pasado horas, noches y días enteros intentando arreglarla o buscando una solución, pero a lo largo de los años y con el aumento de trabajo había dejado de intentarlo. Hacía tiempo que no pensaba en ella, quizás era ahora o nunca, pronto no podría ni siquiera intentarlo.

Se levantó de la silla y la cogió con cuidado de la estantería. Estuvo mucho tiempo mirándola y estuvo a punto de darse por vencida de nuevo, pero decidió que sería su último encargo. Terminó primero de arreglar un pequeño gatito que había perdido la nariz, un autómata al que le faltaba alguna pieza y un pirata que tenía que cambiarse la pata de palo. Era de noche cuando por fin terminó y se puso con ella, la observó durante mucho tiempo intentando saber que hacer o como proceder...empezó incluso a desesperarse, no sabía porque había pensando en intentarlo siquiera, no tenía sentido. Se dio por vencida unas cuentas veces, incluso la maldijo en alguna ocasión. Estaba desesperada y comenzó a agitarla aún a riesgo de romperla y entonces, lo oyó, era un sonido muy débil y metálico. Empezó a zarandearla otra vez y volvió a oírlo, supongo que nunca se le había ocurrido tratarla de aquella manera. Se puso muy nerviosa, empezó a examinarla cuidadosamente, no podía creer que se le hubiese pasado nada por alto, era imposible y después de tantos años. Revisó pliegue por pliegue el vestido, el pelo, y no veía nada. Volvió a moverla esta vez lo mas cerca que pudo de sus viejos oídos y esta vez intentó hacerlo parte a parte. Estaba empezando a enfadarse cuando llegó a los zapatos, era allí!!! se oía algo dentro del tacón"!!! Intentó sacarlo pero no había manera, lo giró y nada, lo presionó y tampoco pero ella sabia que allí había algo, lo sabía...inspeccionó el tacón mas de cerca y vio un pequeñísimo agujero, cogió un alfiler y lo introdujo y clack!!! el tacón se había abierto y dentro había una pequeña llavecita. Otro rompecabezas pensó y sacó la llave...pero creía saber que es lo que tenia que hacer con ella.

Hacía años en una de sus primeras sesiones con la muñeca después de haberse atrevido a quitarle la ropa había encontrado un rendija en su pecho, pero llegó a pensar que era un defecto de fabrica, porque era muy pequeña e irregular...ahora sabía para que era...le sacó el vestido con cuidado, introdujo la llave y se oyó un sonido. En el pecho de la muñeca se había abierto una pequeña puertecita y miró dentro y entonces se dio cuenta de lo que pasaba, entonces comprendió porque estaba triste, tenía el corazón roto...sacó aquel pequeño corazón de madera de su escondite y decidió repararlo. Por lo menos así habría cumplido su cometido, aunque aquel hombre nunca mas viniese a buscarla, ella habría cumplido.

Se afanó toda la noche por arreglarlo, lo unió, lo pulió, incluso se permitió pintarlo...estaba amaneciendo cuando había terminado de arreglarlo...Cogió la muñeca con ternura entre sus manos y colocó el corazón en su sitio...Fuera en la tienda la campanita de la puerta sonaba de nuevo, habían venido a buscarla...

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